Las nuevas habilidades del docente del siglo XXI exigen una permanente mirada hacia el futuro. Hay que dejar de insistir en replicar el pasado para centrarse en mostrar las posibilidades del futuro inminente y más lejano. Los alumnos deben aprender a mirar hacia adelante para que cuando ejerzan su profesión sepan encarar el futuro en la dirección correcta.
Pasar de ser docentes transmisores de conocimientos a ser generadores de iniciativas. Convertirse en motivadores del conocimiento a través de habilidades dialécticas para potenciar el lenguaje síncrono, horizontal y basado en el diálogo, siendo estimuladores de la participación activa del alumno.
Esta nueva forma de interpretar la docencia exige que los docentes del CIB pasen de ser poseedores a facilitadores del conocimiento.
Demandamos profesionales con nuevas competencias y habilidades blandas como la capacidad de reinventarse hasta convertirse en facilitadores y constructores del conocimiento.
Abandonamos el modelo basado en competencias donde el profesor que lo sabe todo se sienta frente a unos alumnos silentes mientras lo escuchan y obedecen.
Educamos desde otros principios y con otras formas, y existen herramientas ágiles, gratuitas y de fácil acceso para hacerlo, por lo que no hay excusa. Hoy los alumnos pueden aprender más y más eficientemente sin tener al profesor en frente, porque internet les facilita la información desde cualquier dispositivo conectado a la red.
El docente valida lo aprendido y enseña a ponerlo en práctica. Se trata de construir el conocimiento en el aula, no de memorizarlo o recibirlo.
Para ello, en nuestro modelo educativo definimos cuatro nuevas funciones del docente:
Pasar de ser un transmisor de conocimientos a ser el generador de la iniciativa y la motivación hacia el conocimiento, con independencia del nivel educativo y curricular del alumno.
Los docentes capaces de expresarse y de emitir emociones porque viven esa experiencia con pasión son siempre los más recordados, los más influyentes y los que más impacto tienen en el alumno, hasta el punto de que es a través de este tipo de formadores que muchos adquieren su vocación profesional.
Los nuevos docentes deben interpretar cada sesión como una obra en sí misma, como un producto, donde existen insights (necesidades a cubrir por el alumno), objetivos a cumplir y, por supuesto, delights (aquello que por su carácter extraordinario será valorado por el alumno como algo excepcional y único.)