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El Roll-Call: el Ritual que une al CIB cada mañana

Escrito por Ferran Fisas | enero 2025

En el Culinary Institute of Barcelona (CIB), cada mañana comienza con un acto que es mucho más que un simple encuentro. Lo llamamos Roll-Call, y es una de nuestras liturgias más preciadas, un ritual cargado de energía, conexión y propósito. Este evento, que sucede a las 7:50 en punto, establece el tono del día y encarna nuestra obsesión por formar equipos sólidos, compuestos por individuos que entienden la importancia del trabajo en equipo.

¿Qué es el Roll-Call?

El Roll-Call no es opcional. Es una reunión breve, pero de asistencia obligatoria para todos: alumnos y profesores y personal disponible de la escuela. En solo cinco minutos, logramos algo que trasciende la mera organización: cultivamos un espíritu colectivo que hace que cada miembro del CIB se sienta parte de algo más grande. ¿Cómo lo hacemos? A través de un proceso que combina dinamismo, humor, información útil y un toque de inspiración que prepara a todos para enfrentar el día con entusiasmo y determinación. 

El Roll-Call comienza con un sonido inconfundible: un riff de guitarra que captura la atención de todos y señala el inicio del acto. Este detalle, aparentemente pequeño, refleja la esencia del CIB: somos diferentes, somos vibrantes, y creemos que hasta el más mínimo momento puede convertirse en una experiencia memorable. 

Cada semana, un profesor titular asume el papel de maestro de ceremonias. Con micrófono en mano, lidera la secuencia de eventos con humor, energía y un toque personal que hace que cada Roll-Call sea único. La primera parte de la reunión está dedicada a compartir las actividades del día. Esto no solo informa a todos sobre lo que está sucediendo en el instituto –que siempre está lleno de vida, con múltiples programas y proyectos desarrollándose simultáneamente–, sino que también fomenta la curiosidad y el interés mutuo. Al conocer lo que ocurre en cada rincón, nuestros alumnos y profesores sienten que son parte de una comunidad vibrante, donde el aprendizaje trasciende los límites de su programa. 

Tras este repaso de novedades, se asignan roles y tareas específicas si es necesario. Este momento, aunque práctico, tiene un impacto profundo: demuestra que cada miembro del CIB tiene un lugar y una función, un rol que desempeñar en el funcionamiento diario de nuestra comunidad. Finalmente, si hay alguna anomalía o incidencia que requiere atención, se aborda de manera abierta y transparente, reforzando la importancia de la comunicación clara y efectiva. 

El cierre es tan enérgico como el inicio. Con aplausos, gritos de guerra y una explosión de energía colectiva, el Roll-Call concluye dejando a todos listos para afrontar el día. Este momento final simboliza algo esencial para nosotros: el espíritu de unidad y el poder de empezar juntos. 

¿Por qué hacemos el Roll-Call?

El Roll-Call no es un simple acto administrativo. Es un reflejo de los valores que guían al CIB y de nuestra obsesión por formar equipos cohesionados y eficientes. Este ritual tiene múltiples propósitos y beneficios que lo convierten en un pilar fundamental de nuestra metodología. 

Unir a la comunidad CIB: En el CIB suceden muchas cosas al mismo tiempo. Desde clases prácticas hasta talleres, eventos y actividades colaborativas, nuestro instituto está lleno de vida y movimiento. El Roll-Call sirve como un punto de encuentro que une a todos, sin importar el programa que estén cursando. Este acto de conexión diaria genera un sentimiento de pertenencia, recordando a cada miembro que es parte de algo más grande. 

Fomentar el trabajo en equipoEl trabajo en equipo es una de las habilidades más valiosas que un chef –o cualquier profesional– puede desarrollar. En el CIB creemos que aprender a trabajar con otros es tan importante como dominar una técnica culinaria. El Roll-Call es una oportunidad para practicar esta habilidad, asignando roles, resolviendo problemas y colaborando para enfrentar los desafíos del día. 

Crear transparencia y confianza: La comunicación abierta y honesta es clave para cualquier equipo exitoso. Al compartir información sobre lo que sucede en el instituto y abordar problemas de manera transparente, el Roll-Call refuerza la confianza entre los miembros de nuestra comunidad. 

Promover el liderazgoAl rotar la responsabilidad del maestro de ceremonias entre los profesores, modelamos un estilo de liderazgo inclusivo y adaptable. Este enfoque enseña a nuestros alumnos que el liderazgo no se trata de autoridad, sino de servir a los demás y mantener al equipo alineado hacia un objetivo común. 

Preparar para el cambioLa flexibilidad y la capacidad de adaptarse al cambio son esenciales en el mundo moderno. El Roll-Call, con su estructura dinámica y su enfoque en la comunicación y la resolución de problemas, prepara a nuestros alumnos para enfrentar cualquier situación con confianza y creatividad.

El Roll-Call no solo organiza nuestro día; crea una cultura. Es un recordatorio diario de valores que nos definen: comunidad, colaboración, liderazgo y adaptabilidad. Este simple acto de reunirse cada mañana fortalece los lazos entre nuestros alumnos y profesores, y establece el tono para el día. 

Para nuestros alumnos, el impacto es tangible. Se sienten conectados, apoyados y empoderados para contribuir no solo a su propio éxito, sino al éxito de toda la comunidad del CIB. Saben que no están solos, que forman parte de un equipo que valora sus aportaciones y celebra sus logros. 

Para nosotros, como educadores, el Roll-Call es una oportunidad para demostrar que la educación no es solo un proceso académico, sino una experiencia emocional y vivencial. Es una forma de practicar lo que predicamos: que los grandes chefs –y los grandes líderes– no se forman solo en la cocina, sino en los momentos compartidos, en los desafíos colectivos y en los valores que se viven día a día. 

El Roll-Call es más que un ritual; es una declaración de intenciones. Es nuestro compromiso de formar no solo profesionales de la gastronomía, sino individuos capaces de liderar, colaborar y adaptarse al mundo cambiante que les espera. En esos cinco minutos matutinos, sembramos las semillas de una cultura que inspira, une y transforma. 

Y así, cada mañana, con un riff de guitarra y un espíritu imbatible, iniciamos juntos un nuevo día en el CIB. Porque aquí, en nuestro instituto, cada día es una nueva oportunidad para aprender, crecer y construir algo extraordinario, juntos.